Había una vez, una Selva muy muy lejana, en ella vivía la manada Seeonee, una manada formada por 33 lobos de distintas edades, pero todos muy aventureros, y amantes de su Selva, a la que siempre estaban sacando de los diferentes problemas que la acechaban. Esta manada estaba siempre acompañada por una pantera llamada Bagheera ,dispuesta y ágil para ayudar a los lobos en lo que pudiera; un oso llamado Baloo, encargado de enseñarles la Ley de la Selva siempre alegre e intentando transmitir esa alegría al resto; Hathi el elefante, nieto de Tha el creador de la selva y sabio como el que más, siempre contando a los lobos las historias más antiguas sucedidas en dicho lugar; Kaa, la serpiente, que ayudaba a la manada en cualquier situación, avisándoles y protegiéndolas de todos los peligros que les rodeaban; Akela, el jefe de la manada, el lobo sabio que hacía de este grupo una garantía de seguridad para la Selva; y por último Raksha, la mama loba, encargada de criar a los lobos más pequeños y ejercer la labor de madre en la manada .
Esta ultima, Raksha, tenía un tesoro muy valioso en su casa. Se trataba del Libro de los Cuentos, un libro de su tatatatarabuela que había ido pasando de generación en generación a través de todas las mamás lobas, y había servido para contar cuentos a todos los cachorros de la manada. Este libro era muy especial, pues se trataba de un legado familiar y hace algunos años había llegado a manos de Raksha. Cada poseedor del libro iba añadiendo nuevos cuentos lo que hacia de éste un libro cada vez más grueso en interesante.
Un día, coincidiendo con el Carnaval, la manada de lobos decidió hacer una fiesta de disfraces, había hadas, brujas, guerreros, príncipes, hasta algún lobo creo recordar… Los lobos estaban disfrutando de una auténtica fiesta, con comida y bailes. Fue precisamente durante uno de estos bailes cuando paso algo realmente sorprendente. Raksha dirigía a la manada, destacaba entre todos ellos un payaso bastante alto y de unas trazas un poco peculiares. Ningún lobato se sorprendió al verle, pues pensaron que se tratará de otro más disfrazado de esa manera tan peculiar, pero no era así, se trataba de uno de los muchos enemigos de la manada en la Selva, y venía con un objetivo muy claro ¡¡¡¡QUEMAR EL LIBRO DE LOS CUENTOS!!!! Cuando vio que ninguno de los lobatos vigilaba el cuento inicio su plan y le hizo arder. El fuerte olor de hoja quemada y la terrible humareda alertó a la manada, sabían que había algo quemándose pero no sabían el que.
Hathi el elefante se apresuró y se adentro en el incendio que cada vez era mayor, pues empezaba a alcanzar a algunos de los árboles más cercanos. La manada miraba nerviosa como Hathi se perdía entre la humareda. Después de unos segundos de un incómodo silencio unas voces se empezaron a escuchar pero aun no se entendía nada. Algunos de los lobatos intentaban adentrarse en el fuego para ayudar pero Akela y Bagheera se lo impedían, pues era muy peligroso, poco a poco se fueran entendiendo los gritos del Elefante ¡¡¡Es el libro de los cuentos!!!, ¡¡¡¡esta ardiendo!!!! Los lobatos acompañados por Baloo y Kaa fueron lo más rápido posible al río Waigunga con recipientes para apagar el fuego. Mientras Raksha Bagheera y Akela intentaban ayudar a Hathi, pero el fuego cada vez era mayor. Después de mucho tiempo de lucha contra el fuego este se apagó. La imagen era desastrosa, a varios árboles se le habían quemado las ramas y todo el suelo de era un gran montón de cenizas. En medio de todas ellas se encontraba el elefante tumbado con el libro de los cuentos entre las manos y numerosas quemaduras en sus patas e incluso en la trompa.
– “He intentado protegerle de las llamas Raksha, pero era demasiado tarde” dijo el elefante dando lo que quedaba del libro a su dueña. De este solo quedaban las pastas y alguna hoja que se había salvado.
Parte de la manada se fue con Hathi para vendarle las heridas, y otra parte con Raksha para consolarla por su pérdida, pues estaba realmente mal, y solo lloraba pensando en la pérdida que suponía ese libro para su familia.
Pasaron los días y Akela, viendo que la manada ya no era la misma desde el incendio decidió reunir a la manada para poner soluciones.
-“Lo que ha ocurrido es una desgracia. Todos sabéis lo que quería Raksha a ese libro y lo importante que era para ella. Así que hay que poner solución a todo esto. Por cierto Hathi ¿que tal están tus quemaduras?
-“Me duelen bastante” respondió el elefante.
-“Creo que deberíamos llevarle al curandero Akela” propuso Kaa
– “De acuerdo, lo primero que haremos será llevar a Hathi al curandero, y ya de paso que este nos enseñe como actuar en estas circunstancias, y después acudiremos a un lugar un poco más tranquilo en la Selva para poner soluciones a lo del Libro de los Cuentos”
El plan se llevo a cabo, el curandero miró las heridas de Hathi, le frotó con unas hojas las patas y poco a poco las quemaduras fueron sanando. Después enseñó a la manada como curarse ellos solos las heridas y que material es indispensable en esas situaciones.
Cuando el curandero acabó su lección toda la manada siguió a Akela hasta un claro en la Selva algo alejado de su Cubil habitual y allí, la manada no podía creerse lo que se encontraron ¡¡¡ESTABA EL PAYASO¡¡¡, y Hathi, que se había adelantado, estaba tirado en el suelo, inconsciente y con muchas heridas, pues el payaso le había cogido desprevenido y le atacó. La manada ayudó a despertar a Hathi, pero cuando se despertó no se acordaba de nada. Poco a poco fue recobrando la memoria y se acordó que en días anteriores había escrito un cuento para dárselo a Raksha, y en la pelea que tuvo con el payaso, éste se le había robado y le rompió en cachitos esparciéndoles por la Selva. Hathi fue diciendo a los lobatos donde recordaba que el payaso hubiera dejado los cachos, y la manada iba buscándolo con mucho esfuerzo. Cuando hubieron reconstruido el cuento entero, lo decoraron y se lo dieron a Raksha. Ésta se puso muy contenta al ver el regalo que le hacía la manada. Como estaba tan contenta invitó a todos los lobos a una gran fiesta, y prometió cuidar de ese cuento y completarle con todos los lobos
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